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penemaker. El blog del amor y el freak, quizás, nada es inmutable

Rumbos

A veces me paro a pensar: ¿realmente hago lo que quiero? ¿es esta la vida que elijo? ¿he escogido yo estos amigos? ¿tengo el trabajo que quiero? ¿me comporto como realmente soy?

A veces, cuando nos falta inspiración para vivir, todo se vuelve muy complejo. Lo que ayer era una rutina sencilla y agradable, hoy se convierte en una insoportable espera.

Hoy por hoy es un lujo tener un trabajo. Es de muy afortunados tener buenos trabajos. Pero, ¿realmente hacemos lo que queremos? ¿Pasamos una cantidad ingente de horas haciendo aquello para lo que nos hemos formado y realmente es lo que nos hace disfrutar?

La vida es muy corta, y hay que tratar de aprovecharla, pero, por desgracia, hemos creado un mundo que nos dificulta enormemente estas posibilidades. Es más, ni siquiera nos han educado en el discurso del saber aprovechar los días que tenemos. Nuestra formación se cimenta en el trabajo, la responsabilidad, la buena educación... pero  ¿dónde nos deja eso a nosotros? ¿qué hay de ese pequeño ser, esa conciencia que lucha por salir y hacernos libres? ¿por qué hemos creado un mundo lleno de reglas que nos convierte en gente infeliz que quiere parecer lo contrario? 

Nos conformamos con aquello que la sociedad dice que nos debemos conformar. Coche, casa, matrimonio, hijos, familia. Vivimos esa vida supuestamente segura para la que hemos sido educados y formados, y decimos que eso es felicidad.

Yo, realmente no se si soy feliz, pero si se que trato de serlo. Lo que si que tengo claro, es que últimamente no estoy muy inspirado.

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