La madre de Perry Mason

El mundo del videojuego, tantas veces denostado, no implica el vacío moral de sus usuarios. Que un muchacho o menos muchacho se ponga tibio a jugar a un juego de esos que hasta la sangre parece salpicar la pantalla no implica que en su mente y su cerebro no rebosen ideas de altas miras y profundidad vital. Quizá las salpicaduras sobre la pantalla sean más bien su cerebro hirviente por la profundidad moral de sus sentimientos y raciocinios.

Toda esta absurda disertación viene a colación debido a esos seres humanos que pululan por la Tierra pensando que cualquier usuario de video juego es un ser vacuo cuya única finalidad en la vida es pasar todas las horas posibles del día delante de su pantalla con un mandito entre las manos. Hay que ser mucho más profundo si se pretende evaluar con cierto acierto el funcionamiento de la mente de un usuario video jueguil.

Lo fácil es criticar, lo difícil, preguntar.