¿Nunca se puede saber nada?
Que curioso puede llegar a ser este mundo. Cuando crees que todo va bien, que estás en condiciones de decir "estoy inspirado", resulta que si, pero no.
Vivimos en sociedad. Una sociedad que sigue y acata unas normas. Unas normas no siempre justas, pero que al fin y al cabo, acatamos.
Y yo pienso "¿por qué no me rebelo?" Contínuamente meto la pata, digo lo que no debería y hago el canelo. Contínuamente me encuentro con los pies en charcos y jardines de los que no siempre es fácil salir. Y sigo pensando, "¿por qué no me largo y lo dejo ya?"
La verdad es que no se si lo quiero dejar. Ahí hay una contradicción que apuñala el alma. Para mi, esta vida a veces estresante e incomprendida, me puede llegar a atrapar.
Es como una droga. Una droga que me está matando. Una droga que me crea adicción cuando no la tengo, lo que me hace sufrir. Una droga que me hace feliz cuando me la chuto. Es una vida muy puta.
La odias y la amas. Sufres y gozas. Pero, ante todo, la vives. Con sus claros, pocos pero bellos, y sus oscuros, muchos y temibles. Pero al final, no puedes vivir sin ella. Es una puta droga. Paradójicamente, no puedo vivir sin ella.
Y esos charcos y jardines de los que hablaba más arriba, esos en los que entras fácilmente y a duras penas puedes salir... Esos... en el fondo hasta puede resultar divertido entrar... Y no menos divertido resulta el reto de salir.
Es, como dice una máquina de matar y amar... "la vida"
3 comentarios
Sura -
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Beso -