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penemaker. El blog del amor y el freak, quizás, nada es inmutable

Navegando en mierda

Navegando en mierda

Es de todos sabido el lema aquel de: hay días que es me jor no levantarse... Bueno, pues así estoy yo desde el pasado miércoles... Llevo unos días de trabajo en los que me están tocando las narices de una forma descomunal. Lo único que deseo es agarrar por la ’pechera’ a alguno y explicarle por qué no soy un trozo de papel o un número... Te tratan como a un borrego: ’a ver, el número 12, pase a sala de esquilado... al 15 y al 16 al matadero, que nos ha pedido material el carnicero de la esquina’...

¡pero qué coño se creen que son! ¡¿creen que por tener dinero y poder pueden hacer lo que les salga en gana?! Yo no me suelo callar mucho cuando creo que tengo cosas que decir, pero al final, el puñetero mango de la puñetera sartén lo tienen ellos, y se creen en disposición de ser los capataces de tu vida laboral, y, a veces, de tu vida personal también... ¡manda cojones!

Te dejas la piel en tu empresa porque te gusta tu trabajo... ayudas, curras, propones, haces horas porque quieres que lo tuyo quede bien, y te lo devuelven con un montón de mierda de caballo para que te montes una buena piscinita en casa y aprendas a nadar en ella...

Y es que hoy día, desgraciadamente, si no sabes nadar en mierda, no eres nadie... Todos los circuitos de poder, las directivas y los lugares donde se toman las decisiones está enmarañadas y enmierdadas hasta las cejas, es una cosa increíble... Acabas teniendo que pasar informes y peticiones por triplicado a todo cristo hasta para poder tirarte un pedo y sacarte un moco...

¿qué quiere decir esto? que al final, siempre pagamos el pato los mismos... Prometo volver a mi positivismo inducido, pero hoy, sólo tengo ganas de decir: ¡¡¡Vaya puta mierda!!!  

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