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penemaker. El blog del amor y el freak, quizás, nada es inmutable

Las andanzas de Darío Persa (III)

El año escolar comenzó aburrido, como siempre. Todo eran clases de química, física, matemáticas o literatura. Sólo teníamos los escasos minutos de recreo para ser nosotros mismos.

Esos minutos los usábamos sabiamente. Bueno, por así decirlo. Nos dedicábamos a insultarnos unos a otros, a poner en duda nuestra virilidad, masculinidad u orientación sexual. También triunfaba bastante el hablar de chicas. Hacer listas y rankings y estupideces por el estilo. Generalmente, lo más valorado era el conjunto y la belleza, aunque también teníamos clasificaciones de tetudas, gordas, feas... Os podéis imaginar.

Y, por supuesto, teníamos los fines de semana. Cuando llegaba el finde nos transformábamos. Pasábamos la semana esperando el momento de salir. Soñábamos con esas noches apoteósicas de alcohol y de vez en cuando algún rollete que ya empezaba a rozar el sexo según los casos.

Además, Cada semana comentábamos las mejores jugadas, como las llamábamos nosotros. Que si menudo pedo se pilló este, que vaya leche se dio aquel, que menudo callo se comió el otro... todo talento y sencillez.

1 comentario

Real deal -

Interesante relato generacional.Ya te hemos dejado la invitación en la anterior entrada. Saludos.