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penemaker. El blog del amor y el freak, quizás, nada es inmutable

La puerta trasera

La puerta trasera

Sigo con mi mundo recalentado. Cuanto peor veo todo, peor me encuentro yo. Es penoso. Hacía tiempo que nada afectaba tanto mi mente y corazón como el desasosiego que ahora siento.

El mundo está patas arriba. Mi mundo está patas arriba. De momento, no puedo hacer nada. No quiero hacer nada. Asisto a la revolución cual espectador de excepción, invitado especial. Se que cualquier paso en falso puede ser fatal, o vital, pero, aún así, no me atrevo a tomar una decisión. Espero y espero que algo o alguien toque la tecla que me permita avanzar en cualquier dirección, pero, de momento, la quietud es la única respuesta.

Da igual lo que diga, o haga, o deje de hacer. Cuando estás de culo y atravesado, raro es dar con la nota adecuada. No se si la pasividad es la mejor solución, pero, de momento, es la única que acepto o acato.

Todo está jodido, muy jodido. Vivimos en un mundo muy jodido. Durante mucho tiempo, he asistido a la jodienda de este mundo como una especie de fugitivo de sus putadas. Pero, ahora, eso se acabó, al menos, de momento...

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